Un token, viene a ser un sustituto de un valor real, como pudiera ser una divisa o una criptomoneda. Lo podemos comparar a las fichas de un casino o las fichas de una feria de atracciones, cada token o ficha tiene asociado un valor, el cual podrá intercambiarse por liquidez o por un viaje en una atracción.
Por ejemplo, en una transacción de intercambio de tokens, un comprador quiere adquirir tokens con valor A a cambio de tokens con valor B. Esta transacción implica que el vendedor de tokens tipo B recibe un cierto número de tokens tipo A a cambio de los tokens tipo B. La transacción conllevará una tasa de conversión mínima para ambas partes. En el momento de decidir sobre dicha tasa, el comprador puede consultar el tipo de cambio al momento de decidir realizar la transacción.
En el momento de realizar la operación, a través de un contrato inteligente, la red consulta todas las peticiones de reserva y busca cual es la mejor tasa de conversión. Al encontrar una tarifa adecuada que cumpla con los requisitos mínimos del comprador, se procederá a realizar la operación de compraventa.
La mayoría de los tokens se distribuyen a través de una ICO, lo que en español se conoce como oferta inicial de la moneda. Se trata de un mecanismo para obtener fondos para el financiamiento de proyectos en donde los nuevos proyectos venden sus tokens a cambio de criptomoneda.
Hay pocas o ninguna restricción en cuanto a quienes pueden participar en una ICO y contando con el hecho de que el dinero se adquiere de un gran número de inversores, las sumas que se obtienen en las ICO pueden ser astronómicas. Uno de los inconvenientes fundamentales con las ICO, es que muchas de ellas reciben dinero antes de que el producto realmente exista, esto hace que la inversión tenga un riesgo elevado. En contra partida, este método permite e incentiva la creación de productos y el desarrollo de nuevas ideas.